El director apunta que “hay cosas que necesariamente tienen que ser lentas”
Los encuentros de cine ‘Reyes Abades’ del Festival del Cine y la Palabra, CiBRA, han llegado al ecuador. El actor y director Gustavo Salmerón ha sido el protagonista de esta cuarta jornada en la que ha dado una masterclass sobre “Cómo hacer un documental en 14 años” a los cerca de 200 alumnos del Instituto Alfonso X ‘El Sabio’ en el Teatro de Rojas.
“Cómo hacer un documental en 14 años y no morir en el intento” ha señalado al principio de la charla Salmerón, cosa que ha suscitado las risas entre los asistentes. “Hacer un documental en tanto tiempo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Lo más importante es ser paciente y constante a la hora de tomar decisiones. Los procesos de pensar, meditar y reflexionar hacen que los proyectos maduren de otra manera”, afirma.
Salmerón (Madrid, 1970) tardó en rodar su documental familiar, Muchos hijos, un mono y un castillo (2018) -ganador del premio Goya a Mejor película documental- “bastante” tiempo. “Hay cosas que necesariamente tienen que ser lentas para que tengan muy buen resultado, y en el caso del documental y más si va siguiendo la vida de un personaje durante mucho tiempo, es importante tener constancia para poder contar ese arco dramático”, aclara.
El documental trata sobre la vida y los deseos con los que soñó Julia Salmerón (madre del director) desde niña, y cómo se han convertido en realidad. Cuando el menor de sus hijos se entera de que su madre ha perdido la vértebra de su bisabuela asesinada, guardada a lo largo de tres generaciones, la familia emprende una divertida búsqueda entre los más peculiares y extraños objetos que Julita ha ido acumulando a lo largo de sus más de ochenta años. Pero, lo que en realidad Julita está a punto de encontrar es el verdadero significado de la vida.
“Yo como director lo que quiero es buscar la vértebra de mi bisabuela que está perdida para poder enterrarla y honrar a su memoria, pero la madre no quiere, se opone a ello, por lo que es ahí donde entra lo cómico y lo absurdo”, cuenta.
El director madrileño señala sobre estas jornadas que son “una oportunidad magnífica para hacer preguntas y aprender”, al mismo tiempo que “tener un referente” sobre algo a lo que posteriormente se quieran dedicar. “Si yo hubiera tenido la oportunidad de escuchar a alguien que ha estado tanto tiempo haciendo un documental, grabando a su familia, me hubiera venido muy bien la verdad a la hora guiarme para hacer el mío y me hubiera ahorrado mucho tiempo”, apunta.
“Jamones lejanos o Todo sobre mi cerda eran alguno de los títulos absurdos provisionales que tenía pensado para el documental, ya que trataba inicialmente solo sobre la matanza de una cerda”, confiesa a los alumnos entre risas. “Cree como una estrategia de marketing porque sabía que esto iba a merecer la pena”.
Salmerón que empezó de manera casual en el mundo del cinematográfico, ya que lo que él quería realmente era dedicarse a las artes plásticas, señala que lo que le llamó la atención de este “mundillo” es la necesidad que tiene de contar historias, ya sea delante de la cámara como actor o detrás como director. “En verdad, esa pulsión que se tiene sobre contar historias que atraigan a los demás o se tiene o no se tiene, cosa que también es una condena, porque te metes en el bucle de querer contar más y más historias”, afirma.
Fotografías: Kike López
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CiBRA, festival del Cine y la Palabra está apoyado por el Ayuntamiento de Toledo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación provincial de Toledo y el Ayuntamiento de la Puebla de Montalbán.